Hace unos años,
Facebook me parecía un horror.
Alguien muy
cercano me mostraba sobre los beneficios que le traía, lo que descubría, con
quienes se relacionaba, cómo recuperaba contactos y abría algunos mundos. No
hacía propaganda, ni me insistía, pero yo observaba criticando. Así eran algunas discusiones y mis comentarios
era: queda registrada toda tu información allí, es una forma de
control, te espían etc.
Un par de años
atrás, con el grupo de teatro en el entreno, estábamos trabajando en la producción
de una obra, habíamos tenido sesión de fotos en la construcción de los
personajes, y los fotógrafos gentilmente armaron un álbum experimental en
Facebook (de acceso restringido para nosotros).
Yo no tenía un
perfil de Facebook por lo que no podía entrar
y quedaba al margen de charlas y comentarios, dependía de alguien que “abriera”
esa ventana y poder mirar.
Ventana.
Recuerdo un Seminario del Prof. Hernán Ulm (*), que hablaba de las palabras con que
se nombran estos mundos “virtuales”.
Ventanas…
Me animé. Abrí
un perfil de Facebook. Sigo pensando que es un reservorio de información vital
de cada uno, clasificada vaya a saber bien por quienes, igual me
imagino, pero no es la idea detenerme en ello.
A partir de ir
encuadrando lo que yo quería y para qué quería el perfil, me permitió una
maravilla de opciones y contactos y sobre todo descubrir
posibilidades impensadas años atrás.
Reflexiono
sobre la diversidad de actividades y noticias saludables de las que me entero.
Y si bien a
veces me agarra algún pensamiento respecto a
cerrar el perfil por el agotamiento que da ver ciertas informaciones,
morbo, etc.; me detengo y pienso en las personas con intereses similares que
voy conociendo (¿?), con quienes
mantengo relaciones de intercambio de miradas, trabajos, ciber-afecto (rarísimo
no?), aprendizajes, conocimientos, información.
Me he
enriquecido muchísimo en lo que voy transitando. Me han surgido ideas,
acciones, trabajos, cooperaciones…
No es una
propaganda a Facebook sino, compartir lo que ha significado en mí
esto de abrir posibilidades, conectar con redes que están allí….sea Facebook u
otra red social o la trama invisible que existe en las instituciones donde
trabajo y que para conocerla o acceder me tengo que disponer, abrir, permitir,
despojarme de prejuicios… como cuando Billy Elliot se dejó llevar por lo que sentía: su pasión por la danza en un pueblo donde no era bien visto que los varones bailaran.
Billy Elliot (2000) es una película británica dirigida por Stephen Daldry y protagonizada por Jamie Bell. Melvin Burgess escribió una novela basada en la película. |
Ayer alguien me
decía que a veces parecemos flexibles y que en algunos aspectos nos rigidizamos
tanto que los prejuicios y críticas nos desbordan… Nunca me había visto como prejuiciosa, qué altanería la mía!
Ahhh por ello
la meditación, el wu wei (gracias querida Lic. Guyot), la bioenergía, el vacío,
la creación me ayudan en este camino. Gracias.
Aprendo que en
la vida profesional, laboral y personal hay que moverse, buscar, vencer la
propia resistencia, quejarse menos y alegrarse más…
Copio abajo
algo que me acaba de llegar justo en este momento!, me resuena y me
viene bárbaro para finalizar estas reflexiones
“Después de 27 años en la cárcel y ser
elegido en 1994 presidente electo de Sudáfrica,
Nelson Mandela compartió con el mundo entero uno de sus poemas favoritos, escrito
por Marianne Williamson: “Nuestro temor más profundo no es que seamos
inadecuados. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos.
Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos:
¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad,
¿quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de
instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca
de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros;
está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita
estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro
propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros”.” Extraído de http://elpais.com/elpais/2013/05/17/eps/1368793042_628150.html
Bueno, gracias
por permitirme estas reflexiones y me alegro de seguir dándome permiso para
liberarme de prejuicios!
Contenta de que
pueda compartir con Uds. estas reflexiones. =)
(*) Curso. Hechos de luz: Cuestión de imágenes. Julio 2011