Estas reflexiones sobre lo vivido en el último taller que coordiné, están relacionadas con algunas de las vivencias y verbalizaciones que expresan quienes participaron del mismo.
Fueron integrantes de un equipo de trabajo de una institución de salud pública. La participación es voluntaria, el encuadre es explicitado claramente en la convocatoria. La alegría es mutua cuando quienes vinieron el primer día, confían y siguen viniendo hasta el cierre del taller.
De quienes han participado han salido ideas muy creativas, como por ejemplo: la burbuja protectora! a ponerla en práctica con las personas que irradian "mala onda". Y hasta pensaron en que quien "irradia mala onda" puede ser alguien que necesita ayuda por lo que se le da la chance inicial de escucharlo, orientarlo, canalizar a algún profesional según de la problemática que se trate pero si persiste en la "mala onda" ahí surge perfecta: la burbuja protectora!
Otra idea que surgió en este grupo fue la de "no engancharse en la queja improductiva y permanente" tan común en nuestras organizaciones laborales.
Salir de la queja significa volverse activo y autoresponsable para luego dar el paso hacia lo colectivo.
Ideas que se van construyendo en la experiencia compartida, en el poner en palabras esos obstáculos que en la tarea cotidiana aparecen como ansiedades o enojos o postergaciones o incomodidades. Y construir con otros a partir de mirarse uno mismo, resulta muy reparador y posibilitador de transformaciones.
Al taller de estrategias de autocuidado se llega inicialmente "a curiosear", de qué se trata esto?, para qué vengo con una psicóloga si no estoy loco/loca?...
Recomiendo el video realizado por los Miembros de la Mesa de Psicología Comunitaria del Área Metropolitana de Buenos Aires. (AMBA - Nov. 2012) http://www.youtube.com/watch?v=ihMo_JyF7Po
Y mientras vamos transcurriendo con la metodología de trabajo, poniendo el acento en los factores protectores de la salud, en la autoresponsabilidad, prevención del desgaste profesional, etc. todo se va haciendo más liviano, se comparten experiencias, se comparte el peso de saber que no solamente a uno le pasan estas cosas de sentirse agotado por el trabajo, etc.
Los rostros de las personas que eligen vivenciar el taller de autocuidado con todos sus condimentos, al finalizarlo tienen las sonrisas más frecuentes... y la sonrisa es siempre un muy buen inicio para cuidarnos y respetarnos.
Gracias.
CRL
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